Con una crisis financiera que se
profundiza en partes del mundo desarrollado y que amenaza con hacer
descarrillar una frágil recuperación global, el peligro del endeudamiento en
algunos países en desarrollo y los niveles de la deuda privada que frenan el crecimiento
en muchas naciones, se advierte cada día más la importancia de una efectiva
prevención de los desequilibrios financieros.
De acuerdo con los Análisis de Sostenibilidad de la Deuda del Banco Mundial y
del Fondo Monetario Internacional (FMI), tres de los Países Menos Desarrollados
(LDC) están en grave posición deudora y otro está cerca de esa situación. Por
lo tanto, no se debe juzgar la capacidad de resistencia de los LDC como grupo
sino calibrar cuidadosamente las condiciones específicas de cada país. Abundan
además otros riesgos, particularmente en aquellos países vulnerables al
encarecimiento de los alimentos y los combustibles. Por otra parte, la crisis
en el área del euro puede afectar las exportaciones hacia Europa, que son de
gran importancia para la mayoría de los LDC no exportadores de petróleo,
particularmente los africanos. .
La capacidad de obtener préstamos por parte del sector
público es un poderoso instrumento de política económica. Puede ser utilizada
para financiar valiosos proyectos de inversión, para apoyar programas sociales
y para suavizar las fluctuaciones macroeconómicas. Sin embargo, debe ser
manejada con cautela. Una excesiva acumulación de deuda puede desplazar a
inversiones privadas, imponer una carga a futuras generaciones y provocar
devastadoras crisis financieras.
Por eso nosotros, en el marco de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) manifestamos nuestro
esceptismo cuando, en 2006, después de unos años de condiciones financieras
benignas, se empezó a decirnos que dejáramos de preocuparnos por el
endeudamiento ya que los tiempos habían cambiado y no había riesgo de crisis.
Sabíamos que las semillas de la crisis siempre se plantan durante los períodos
de expansión.
Esta es la razón de la iniciativa de la UNCTAD dirigida a promover
responsables concesiones y obtenciones de préstamos soberanos. Aunque las
crisis de la deuda no puedan ser evitadas, un comportamiento prudente y
responsable puede contribuir a reducir la frecuencia y los costos de estos
desastres económicos..
Este año, el Informe sobre Comercio y Desarrollo de la UNCTAD señaló que la
desregulación del sector financiero es la causa principal de la crisis global.
La década pasada fue testigo de un frenético endeudamiento y del incremento de
precio de los bienes. Gran parte de la deuda estaba en el sector privado, tanto
en las familias como en las empresas, pero la concesión de préstamos soberanos
también aumentó espectacularmente, con escasa supervisión o regulación. La
contracción financiera que se ha registrado desde la caída del 2008 ha resultado altamente
destructiva para la economía real.
El objetivo principal de la iniciativa de la UNCTAD es reducir la
frecuencia de las crisis de deuda soberana mediante el estímulo a las partes
para que actúen de un modo responsable. Sostenemos que la prevención debe consistir
en el establecimiento de responsabilidades claras tanto para el prestamista
como para el prestatario. Teniendo en cuenta su universalidad y su democrática
estructura de gobierno, la
Organización de las Naciones Unidas es el foro ideal para ese
debate. La UNCTAD
está particularmente bien situada para hacer avanzar tal debate dado su mandato
como punto focal dentro del sistema de la ONU para el tratamiento integrado de las
cuestiones del comercio y del desarrollo, incluyendo la deuda externa y la
asistencia oficial al desarrollo.
Pero aunque se logre conducir la financiación soberana de un
modo más responsable y hasta con un buen manejo de la deuda, las crisis
financieras podrían aún ocurrir en un sistema financiero levemente regulado o
incluso sin regulación alguna porque la sostenibilidad de la deuda está
determinada por una confluencia de factores, algunos de los cuales están más
allá del control de los gobiernos nacionales.
Un sistema financiero inestable puede ser una amenaza para
el desarrollo sea donde sea, incluso en países con antecedentes de buena
gobernabilidad.. La necesidad de más reformas sistémicas de una globalización
conducida por las finanzas sigue siendo un desafío urgente que está enfrentando
la comunidad internacional.
Tal reforma, por la que UNCTAD ha abogado a lo largo de 20
años, consiste en la aplicación de un metódico, justo y efectivo mecanismo para
la resolución de la crisis de la deuda inspirado en ciertos principios de las
leyes nacionales sobre bancarrotas, especialmente las del código sobre
insolvencias de Estados Unidos, para prevenir que los problemas de liquidez se
transformen en grandes estallidos de calamidades financieras y económicas y a
fin de hallar una solución ordenada para la deuda soberana cuando el default es
inevitable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario