jueves, 22 de mayo de 2014

LAS FARC: 50 AÑOS DE DESVENTURA

Hace 50 años, que según diversas fuentes se cumplen el próximo 27 de mayo, nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), una suma de pequeñas células de campesinos armados que sobrevivieron a la violencia partidista y que tenían matices liberales y comunistas. Su mito fundacional se atribuye a la Operación Marquetalia, que pretendió penetrar 16 regiones a las que se señalaba de estar camino de ser "repúblicas independientes".

La intención de los contingentes oficiales de acabar esos focos de resistencia, que en principio se definieron como "autodefensa", terminó en instigar una organización ilegal que, al mando de alias "Tirofijo" o "Manuel Marulanda Vélez" (Pedro Antonio Marín), se convirtió en una pesadilla para los sucesivos gobiernos y, en especial, para la población civil que ha debido soportar sus atropellos.

Ese grupo, hoy calificado unánimemente de terrorista por la comunidad internacional (en especial por Estados Unidos y Europa), fundó su respuesta armada y su justificación política en un levantamiento de sectores campesinos contra los "gobiernos reaccionarios" de entonces.

Pero hay documentos históricos que muestran que en el seno del Partido Comunista ya se contemplaba, desde 1961, la combinación perversa de las formas de lucha, lo cual, en tiempos de Guerra Fría, también obligó a Washington a diseñar un plan de contención de los focos guerrilleros que alentaron la revolución cubana y el patrocinio soviético a la subversión en América Latina.

Desde la intelectualidad de izquierda se señala al Plan Laso del Pentágono (Latin American Security Operation ) de originar el ataque al corregimiento Marquetalia, municipio de Planadas, Tolima, pero los oficiales del Ejército de Colombia para la época sostienen que se trataba del Plan Lazo, porque se quería meter esa zona en un cerco militar que redujera y rindiera a “Tirofijo” y sus hombres.

Más allá de esta discrepancia, lo que nos obliga a examinar este hecho de trascendental impacto en la historia del país son los efectos que trajo el surgimiento de las Farc:

La débil presencia estatal en regiones apartadas del país les ha permitido ejercer, por momentos, en cinco décadas, un control militar-territorial que degeneró en fenómenos desastrosos de vulneración del Estado de Derecho y de violación de derechos humanos: cooptación política, suplantación de la institucionalidad, inseguridad (vía extorsiones, "expropiaciones" y secuestros), ausencia de inversión pública, asesinatos, reclutamiento forzado, ataques terroristas y, en los últimos 30 años, la implantación de una cadena de control del narcotráfico.

Según el informe ¡Basta Ya…, del Centro Nacional de Memoria Histórica, las Farc son autoras de 238 masacres. Y del 60% de 39.058 secuestros cometidos entre 1970 y 2010.

El desdibujamiento, la degeneración de aquella guerrilla de estirpe campesina que describió alias "Tirofijo" en el documento que envió a la instalación de los diálogos de paz en San Vicente del Caguán, en enero de 1999, es innegable. Sus reivindicaciones políticas, amparadas en aquel romanticismo revolucionario de los sesenta y setenta, se destiñeron en 50 años de una guerra irregular cada vez más emparentada con el terrorismo y las redes mundiales de drogas ilegales.

Hoy avanza una negociación en La Habana forzada por la evidente superioridad militar del Estado sobre esa fuerza contra estatal llena de malformaciones. Ojalá haya sensatez y acabe la existencia de una guerrilla que en la ilegalidad fue incapaz de provocar cambios benéficos a la sociedad colombiana y que, si acepta finalizar el conflicto y entrar a la legalidad, podría salvar algún pedazo de las banderas que levantó en Marquetalia, 50 años atrás.

EL COLOMBIANAO. EDITORIAL Medellín, 22 de mayo de 2014


domingo, 11 de mayo de 2014

LA AMPLIACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA Y LA SOLIDARIDAD

La Unión Europea es una construcción única en la Historia de la Humanidad, la unión de tantos y variados países de forma voluntaria, solidaria y libre nada tiene que ver con la gran creación de Estados o imperios del pasado, fundados mediante conquista militar o colonización de nuevos territorios, su base no es la imposición política ni militar sino la solidaridad y el respeto a la diversidad por parte de todos sus componentes.

Sin embargo, como en todo proyecto que merece la pena, el camino no ha sido fácil y aún queda mucho por alcanzar, sobre todo en cuanto a homogeneidad económica y extensión del Estado del Bienestar, para muchos esto sería una de las características de que el proyecto de unificación de Europa no es factible, cuando en realidad los éxitos alcanzados hasta el momento nos demuestran que sí lo es, aún hay muchos desequilibrios, de acuerdo, pero es que ni siquiera en naciones de origen histórico antiguo existe homogeneidad entre todas sus regiones o territorios, todo se andará, y la base para ello ha sido siempre la solidaridad.

El origen de la Unión Europea lo encontramos en el corazón mismo del continente, y en naciones que tradicionalmente venían protagonizando enfrentamientos entre ellas, lo cual más que paradójico es esperanzador. Así, nace la CECA, primer cimiento de este proyecto. Los Estados fundadores serán la Alemania de Conrad Adenauer y el “milagro económico” – si es que un avance basado en el esfuerzo y el trabajo de todo un pueblo puede calificarse como tal – y la Francia de la V República, país entonces económicamente dependiente de Estados Unidos pero políticamente muy europeista; junto a Italia, el último país democrático y occidental en tener “su milagro económico”, y los tres Estados del BENELUX, modelo de unidad aduanera y económica que tiene su origen en la Unión económica belga-luxemburguesa del periodo de entreguerras (1921) y que constituirá un ejemplo con mucho que aportar al proyecto de la Unión Europea.

En 1973 se lleva a cabo una primera ampliación, las dos naciones anglosajonas, Reino Unido e Irlanda, hasta ahora más vinculadas a Estados Unidos y a la Commonwealth que al resto del continente europeo pasan a formar parte de la Unión, junto a Dinamarca. Se relaciona al Reino Unido, y más en concreto a Inglaterra, con el euroescepticismo, la crítica recalcitrante y sistemática a todo planteamiento comunitario, sin embargo, el Reino Unido ya pidió su adhesión en 1964, en tiempos del Premier laborista Wilson, y en 1975 su ciudadanía ratificará de nuevo su deseo de pertenecer a la Unión Europea a través de un referéndum.

La década de los 80 será la hora de los países del sur, de la Europa mediterránea, con una democratización más tardía que el resto de naciones de la Europa Occidental (a excepción de Italia) y una economía más pobre, comienzan a integrarse en el entonces Mercado Común Europeo, es el caso de Grecia en 1981, y los países ibéricos, España y Portugal, en 1986. La futura Unión Europea se extiende hacia el sur, pronto lo hará hacia el este, conforme este ámbito se democratice y comience a integrarse en la economía de mercado.

A mediados de la década de los 90, en 1995, las fronteras comunitarias se extenderán por Centroeuropa con la adhesión de Austria, un país que en cierto modo era similar a la Alemania Federal, aunque a pequeña escala; y por la Europa nórdica, países que ya gozaban de un amplio, consolidado y desarrollado Estado del Bienestar, es el caso de Finlandia y Suecia, mientras que Noruega opta por la no integración.

Si la década de los 80 fue la de la Europa mediterránea, la primera década del siglo XXI será la de la Europa del este, lo cual entraña un mérito y un esfuerzo mayor por parte de estos países, se trata de extender las fronteras comunitarias más allá de lo que había sido el Telón de Acero.

La Unión Europea no sólo es un proyecto occidental sino que rompe la barrera entre las dos Europas de la Guerra Fría, así entran países que a partir de 1989 (cuando también se reunifica Alemania) ven caer los regímenes políticos comunistas y comienzan a democratizarse, es el caso de la República Checa y Eslovaquia – anteriormente unidas –, Hungría, Polonia, e incluso Estados que habían pertenecido a la extinta URSS, como las tres repúblicas bálticas: Estonia, Letonia y Lituania; junto al primer país de la antigua Yugoslavia en adherirse: Eslovenia, y pequeños países del Mediterráneo no exentos de problemas, en este caso derivados del imperialismo, como son Chipre y Malta, antiguas colonias o protectorados británicos.

Esta extensión de la Unión Europea se redondeará en 2007 con la integración de Rumania y Bulgaria, y en 2013 con la integración de otra antigua república yugoslava: Croacia. Proceso que probablemente no hay culminado como podemos ver por los candidatos existentes.

Todo este amplio proceso de ampliación de la Unión Europea conlleva un enorme esfuerzo en cuanto a políticas que hagan más fácil la integración de jóvenes democracias con economías aún en desarrollo, políticas no siempre entendidas por Estados ya integrados desde hace años en el proyecto europeo y que ahora tienen que ceder parte de sus prerrogativas en pos de una unión más igualitaria y justa.

La homogeneidad es difícil de alcanzar, para eso existen los fondos estructurales, pero existe también miedo entre amplios sectores sociales, sobre todo de Europa occidental, descontento con la integración de países más pobres. Algunas voces ya han reclamado la creación de un Fondo Monetario de carácter europeo y una Ley de Prevención de la Insolvencia de los Estados miembros, instrumentos que en definitiva deben servir para evitar los desajustes económicos y sus efectos más negativos.

Podemos ver esta situación como algo coyuntural, la Unión Europea nace como un grupo abierto a nuevas incorporaciones y por tanto la ampliación se encuentra en su misma naturaleza, quizá debamos ver la integración de estos países como un reto y no un problema, un reto para Europa y sus instituciones.

Por Centro de Información Europa Directo Ciudad Real.