domingo, 28 de octubre de 2012

PARA DIALOGAR CON EL ADVERSARIO


El Informe sobre Desarrollo Humano 2011 del PNUD destaca el papel de las elites regionales, que en alianza con los grupos armados, paramilitares o guerrilla, se han beneficiado del uso de la coerción armada para distorsionar los resultados electorales con el fin de influir en el desempeño de las instituciones.

También para capturar rentas y ejercer el poder a su acomodo con plena impunidad.

En las poblaciones y regiones en donde está más consolidado el poder de estas elites son mayores las necesidades insatisfechas de la población, menor el bienestar y también menor la efectividad del Estado.

Esta criminalización regional de la política tiene severas consecuencias en el ámbito nacional, porque es uno de los pilares sobre los que se monta la corrupción y el clientelismo, y ha debilitado a los partidos y las instituciones del Estado que han perdido legitimidad y capacidad de actuar.

Las elites beneficiarias de esta evolución perversa de la política están sobrerrepresentadas en el Congreso, desde donde establecen vínculos estrechos con otras ramas del poder e interfieren con cualquier iniciativa de reforma. 

Para asegurar el progreso rural es necesario desmontar esta estructura de corrupción y exceso, pero ella es parte del andamiaje del sistema político vigente.

Como sucedió en el pasado, cuando Carlos Lleras Restrepo soñó con crear una clase media rural, los gamonales se le van a atravesar a quienes lo intenten. 

Si vuelven a tener éxito, la pérdida no será solamente del campo y de sus habitantes sino de todo el país, de su sistema productivo y de la democracia. 

Se trata de un gran cambio político para el que no se cuenta con todas las herramientas, pero que seguramente va a ser central en las discusiones que se lleven a cabo sobre el problema de tierras y el programa agrario, pues las elites regionales son el nudo gordiano que se tiene que romper.

Pero otro tipo de elites no tienen por qué excluirse de un proceso de transformación política y social.

La FAO dice que hay varios millones de colombianos con hambre. Ese es un problema político de los alcaldes, en primer lugar, y del Gobierno central. Pero la economía y el sector rural colombiano se beneficiarían enormemente si se organizara la producción agrícola para proveer o financiar con exportaciones buena parte de los alimentos que se necesitan.

El Pnud espera implícitamente que esto suceda como resultado de una reforma de la estructura de propiedad y producción agraria y una transformación democrática del poder local. 

Distribuir la tierra en lotes medianos es una opción para desarrollar una pequeña burguesía rural, pero no es viable en varias regiones o para todos los cultivos.

Algunos de ellos, por ejemplo el de palma africana, requieren grandes extensiones pero pueden funcionar con alianzas productivas entre un capitalista promotor que provee asistencia y compra el producto para su industria y familias campesinas productoras que son propietarias de los cultivos. 

Ese agente capitalista necesariamente debe establecer relaciones equilibradas con sus proveedores.

Probablemente proviene de una elite de naturaleza diferente a las tradicionales, porque cuando ellas conciben esas alianzas, las formulan como modelos de explotación y sumisión de los campesinos. 

El proyecto de Carimagua de la anterior administración fue objeto de vehemente oposición, porque se sospechaba que se había concebido con ese criterio, pero hay otros que funcionan porque se respetan los derechos de los productores campesinos y se tienen en cuenta su organización y sus aspiraciones.
RUDOLF HOMMES
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/P/para_dialogar_con_el_adversario/para_dialogar_con_el_adversario.asp?CodSeccion=219
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jueves, 25 de octubre de 2012

NO HAY CAUSA PERDIDA


Fue lanzado en Colombia con bastante éxito las memorias del ex presidente Uribe. Es un libro de 335 páginas donde Uribe narra sucesos de su vida personal, familiar y política desde cuando era Senador, luego como Gobernador de Antioquia y se extiende temporalmente hasta el final de su mandato como Presidente. Es un texto cautivante, conmovedor por momentos, con pasajes realmente emocionantes y está escrito en el sencillo estilo de comunicación que caracteriza al Álvaro Uribe Vélez.
Es innegable que hacia finales de la década de 1990 Colombia estaba sumergida en una profunda crisis económica e institucional; la violencia rampante amenazaba con tomarse las grandes ciudades y convertir el Estado colombiano en un Estado fallido. En ese momento el país se sostenía básicamente por la inercia del sector público, por unas desmoralizadas Fuerzas Armadas que aún podían proteger las zonas urbanas más importantes y, algo que quizá le faltó al ex presidente resaltar, por la fortaleza, convicción e iniciativas del sector privado que se negaba a claudicar frente a la crisis económica y arrodillarse frente a los violentos.
Este texto, sin duda controversial pero de lectura obligada, muestra un Uribe como lo hemos conocido, estudiosos, trabajador incansable, en extremo temperamental, pero también un padre y esposo amoroso y un líder carismático, quien ama profundamente a “la patria” y que constantemente está preocupado por el colombiano de a pié.  El escrito muestra también a un ser humano que acepta con humildad sus defectos y que en el ejercicio de sus funciones puede cometer errores, pero nunca de mala fe. Uribe en este libro se muestra tal como es: un hombre con una fe ciega en la tradición democrática y en la iniciativa privada, y que no esconde sus convicciones sobre las bondades del libre mercado y de la reducción del Estado burocrático.
Para bien o para mal, en mi opinión para bien, la historia de Colombia tiene un quiebre con el ascenso de Uribe al poder. Todos los hechos previos a 2002 fueron determinantes para que Álvaro Uribe llegara a ser presidente. No Hay Causa Perdida, narra un pedazo de la historia reciente de Colombia con un Uribe como protagonista indiscutible.
Tanto los enemigos declarados del ex presidente, como aquellos agazapados en la sombra, quieren reescribir ésta parte de la historia del país desconociendo los logros de los últimos años. No les quedará fácil, en el imaginario de los 9 millones de electores, Uribe está tan presente como cuando era presidente; para “el pueblo” él fue quién hizo de Colombia un país más viable, más seguro y un sitio menos ominoso, donde es posible vivir en paz.

Jorge Barrientos Marín

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lunes, 15 de octubre de 2012

INGRID BETANCOURT: “EL PERDÓN ES PARTE DE LA PAZ”


En vísperas del inicio de conversaciones de paz en Oslo, la ex política colombiana Ingrid Betancourt, dice que el perdón es parte fundamental del proceso de paz entre el gobierno de su país y ese grupo armado.

"En algún momento tendremos que cerrar la puerta. Y de pronto nos tocó a nosotros, a esta generación nuestra, ejercitarnos en una de las opciones espirituales más difíciles que un ser humano pueda enfrentar: la del perdón", dijo Betancourt en una entrevista que concedió al periodista y escritor Héctor Abad Faciolince para el diario colombiano "El Espectador".

"Es muy difícil el perdón. Sin duda. Pero la recompensa al perdón es la tranquilidad de nuestros hijos, de nuestros nietos. Es la oportunidad de una Colombia próspera", añadió. Interrogada desde su visión de víctima de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Betancourt dijo que la paz es fundamental para su país y que para ello hay que hacer concesiones.

"Qué tan importante es para nosotros la paz (...) Yo me pregunto: ¿habría yo querido que mis abuelos hubieran perdonado para evitarme a mí el dolor de haber vivido lo que vivimos? La respuesta es sí. Y hoy en día somos nosotros los que tenemos la posibilidad de hacer ese gesto. Y para mí ese gesto se convierte en una obligación moral, esencial. Tenemos la obligación de perdonar", remarcó.

Betancourt se declaró optimista frente al proceso de paz que arrancará la semana que comienza en Oslo (Noruega) y reflexionó sobre lo que le puede ofrecer el gobierno a las FARC para concluir que el activo más importante que ganaría el grupo armado ilegal es la respetabilidad.

"Lo que nosotros tenemos para ofrecerles a la hora de hacer la paz, no es ni dinero, ni poder. Ellos ya han conseguido mucha plata con el narcotráfico y con los secuestros, y con ello desarrollaron un poder territorial real. ¿Qué les podemos ofrecer que pueda ser realmente trascendental? Creo que podemos ofrecerles algo que tiene más valor que toda la riqueza o que todo el poder que hayan podido acumular: respetabilidad", afirmó.

Según la ex dirigente política, que ahora estudia Teología en Oxford (Reino Unido), con esa respetabilidad los integrantes podrán dejar atrás ese calificativo que reciben de "bandoleros". "Las FARC han tenido que resolver una disyuntiva, a saber: que la utilización de todos los 'medios de lucha' los deslegitimó como revolucionarios. Porque la verdad es que el fin no es el que justifica los medios, sino los medios los que determinan el fin. Hoy, a través de este proceso de paz, ellos pueden demostrarse a sí mismos, al país y al mundo, que no se convirtieron en un grupo de bandoleros", señaló.

Asimismo, comentó que las FARC tienen una estructura jerarquizada, por lo que considera factible que si sus negociadores firman la paz, las bases aceptarán la desmovilización sin mayor problema. "Creo que, en ese sentido, el pronóstico para evaluar la posible coherencia entre lo que se pacte y lo que se agencie en la realidad es más bien alentador. Es factible que haya una desmovilización efectiva y completa, con mejores resultados que los que se obtuvieron con las organizaciones paramilitares", consideró.
Según Betancourt, en las FARC se ve un cambio generacional y sus jefes actuales bordean los 50 años, así que han vivido desde niños el conflicto armado interno, por lo que para ellos una solución política es vista como un triunfo y no como una derrota.

Además, expresó que la situación actual es diferente a la de los procesos de paz anteriores, pues las FARC llegan con un "debilitamiento militar obvio" y con un entorno mundial que ha mostrado que la izquierda puede llegar al poder por la vía democrática.

También dijo que el Estado ha cambiado porque las Fuerzas Militares "han logrado una transformación muy importante" en cuanto al respeto de los derechos humanos. Betancourt fue secuestrada por las FARC en febrero de 2002 y rescatada por el Ejército en julio de 2008.

El gobierno y las FARC sostuvieron reuniones secretas entre febrero y agosto, al final de las cuales acordaron iniciar en octubre un proceso de paz, que arrancará en Oslo y seguirá en La Habana.

Fuente: dpa
Editor: José Ospina-Valencia
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