viernes, 18 de noviembre de 2016

TRUMP, PRESIDENTE A PESAR DEL CLUB BILDERBERG

Por: HENRY PINTO

En la última reunión del Club Bilderberg en Dresde, Alemania, celebrada a mediados de junio pasado, había dos temas candentes encima de la mesa: parar el 'Brexit' e impedir el triunfo de Donald Trump y en ambos fracasó estrepitosamente.

Uno de los primeros en avisar del descontento del selecto club, el denominado "gobierno mundial en la sombra", con la candidatura del magnate a la Casa Blanca fue el reportero deInfowars, Paul Joseph Watson, según recogió en su día el periódico "The Huffington Post".

Se hizo eco de la asistencia del senador anti-Trump, Lindsey Graham, una señal obvia de que Bilderberg estaba planeando cómo evitar que Trump derrotara a Hillary Clinton, el candidato elegido por el selecto club.

El motivo

Bilderberg estaba seguro de que Clinton podría deshacerse de sus adversarios republicanos, pero la campaña autofinanciada de Trump y su oposición pública a ciertos acuerdos comerciales internacionalistas como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, NAFTA, en inglés) o el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), sorprendió y puso de los nervios a los elitistas de Bilderberg. Eso sin hablar de sus palabras sobre los cambios en la OTAN.

Entre los temas encima de la mesa de esa reunión también estaba Rusia  y las palabras conciliadoras de Trump respecto a Moscú y su liderazgo encendían las alarmas y luego fueron usadas en la campaña del miedo, con altas dosis de rusofobia.

Pararlo como sea

Por ello no es de extrañar que toda la maquinaria se pusiera en marcha: la mayoría de la prensa mundial y en especial los medios 'mainstream' fueron a cuchillo por el magnate, creando el pánico entre los electores y publicando una cascada de denuncias de supuestos casos de acoso sexual y un video de una conversación informal con comentarios obscenos contra las mujeres. Poniéndole un altavoz cada vez que lanzaba improperios contra los mexicanos o musulmanes. Los grandes editores estaban tan satisfechos y convencidos de su éxito que hasta la revista 'Newsweek' mandó a imprenta su edición llevando en portada la victoria de Hillary Clinton, y que han tenido que mandar a retirar con carácter de urgencia.


viernes, 21 de octubre de 2016

COMUNISMO Y SOCIALISMO

Depende de la fuente a la que se acuda encontraremos unas u otras definiciones de los conceptos de comunismo y socialismo. Casi todas coinciden en las mismas diferencias.
Comunismo, ideología o doctrina política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad sin clases en la que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos.

En teoría, estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los beneficios en función de las necesidades. Algunos de los conceptos de la sociedad comunista suponen que, en último término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores.

Sin embargo, hasta alcanzar este último estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas recae, pues, en el Estado.

Socialismo, término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo.


Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.

domingo, 15 de mayo de 2016

SIETE CLAVES DE LA REVOLUCIÓN CULTURAL CHINA

Cincuenta años después de la Revolución Cultural de China, Deutsche Welle recuerda las claves de aquel movimiento y su impacto en la política y la sociedad del país.

¿De qué se trató?

La Revolución Cultural fue una campaña socio-política lanzada en 1966 por Mao Zedong, entonces líder del Partido Comunista de China, con el fin de crear una “persona nueva”. Según el sinólogo Oskar Weggel, esta “nueva persona” sería un “ser altruista dentro de una sociedad libre de dominación, que haya vagado como un fantasma a través de las utopías humanas”. Para alcanzar su objetivo, llamó a la destrucción de los “Cuatro Viejos”: pensamiento, cultura, costumbres y tradiciones. Las ideas del propio Zedong reemplazarían a los “Cuatro Viejos”. Mao también hizo un llamado a neutralizar los elementos “contrarrevolucionarios” y revisionistas del partido, encarnados en la figura de su rival Liu Shaoqu, quien unos pocos años antes lo había sustituido en la presidencia de la República Popular de China. La Revolución Cultural supuso, por tanto, una lucha de poder en el seno del liderazgo del Partido Comunista. En el terreno económico, Liu se inclinaba más hacia el impulso del mercado, mientras que, políticamente, estaba a favor de la disciplina en el partido. Para Mao, cualquier incentivo a la riqueza era anatema.

¿Qué tuvo que ver con la cultura?

A principios de la década de los 60, Mao perdió poder y abandonó el centro político del país para dirigirse a Shanghái y consolidar allí su influencia. No puedo lanzar un ataque directo al Comité Central del partido, dominado por Liu Shaoqi y sus aliados, así que trató de golpearlo con la ayuda de granjeros, trabajadores y estudiantes. El conocido como “gran salto adelante”, que tuvo lugar entre 1958 y 1961, reformó los sectores agrícola e industrial con consecuencias catastróficas y millones de muertes. Así pues, el ataque tenía que ocurrir a través de la cultura, especialmente la literatura y los periódicos. Después de que Mao y sus aliados publicaran su propaganda preparatoria, el golpe decisivo tuvo lugar durante la “sesión expandida” del Politburó en mayo de 1966. Mao excluyó del círculo interno del poder a gran parte de quienes apoyaban a Liu y lanzó una campaña contra los “revisionistas” del partido, contra el Gobierno, el Ejército y el sector cultural. Mao se las arregló para eliminar a sus rivales políticos en agosto de 1966 y pudo regresar a Pekín.

¿Cómo transcurrió?

La Revolución Cultural tuvo lugar entre 1966 y 1976. Comenzó con el alzamiento de los estudiantes de enseñanzas medias y universitarias, que formaron grupos paramilitares llamados “Guardia Roja” para promover la lucha contra los “Cuatro viejos”. Profesores y académicos fueron obligados a confesar sus “crímenes”. Tanto sus viviendas, como bibliotecas y templos fueron registrados. Se ejecutó a aquellos que fueron acusados de “revisionismo”. Pronto, gran parte de la población urbana se unió a la revolución. Esta vez, el objetivo fueron los funcionarios del partido. China se sumió en el caos. La mitad del Politburó y del Comité Central perdió su trabajo, así como la mitad de los secretarios del partido. El sistema de gobierno colapsó. Hubo sangrientos enfrentamientos entre facciones de la propia Guardia Roja, convencida cada una de ellas de seguir la verdadera doctrina. Con la Revolución Cultural fuera de control, Mao activó el Ejército del Pueblo, que dirigía su aliado, Lin Biao.
El Ejército había permanecido hasta ese momento relativamente neutral. Hacia 1968, tomó control de la mayor parte del país. Los miembros de la Guardia Roja que se resistieron a ser sometidos, fueron enviados fuera del país para su reeducación o ejecutados. La disciplina militar se impuso. En 1969, comenzó la restauración del aparato del partido, pero el Ejército de Lin Biao se resistía a abandonar su estatus. Lin Biao planeó supuestamente el asesinato de Mao como parte del actualmente conocido como “Proyecto 571”, pero el plan fracasó. En 1971, Lin Biao murió en un accidente de avión sobre Mongolia y las circunstancias del siniestro aún no están esclarecidas.

Incluso después de que se reinstaurara el gobierno del partido, una cierta calma no llegó a China hasta 1976. La llamada “Banda de los Cuatro”, entre quienes se encontraba la esposa de Mao, trataba de asegurar su posición contra los nuevos hombres fuertes, como Deng Xiaoping, e imponer una línea radical. Pero sus esfuerzos fracasaron de forma definitiva tras la muerte de Mao en septiembre de 1976. En ese momento concluyó el caos de la Revolución Cultural.

¿Qué papel jugó el “Libro Rojo” de Mao?

La conocida como “biblia” de Mao se titulaba en realidad “Citas del líder Mao Zedong”. Lin Biao compiló los textos, discursos y citas de Mao durante el “Gran salto adelante”. Cada revolucionario debía tener siempre consigo una copia. Los miembros de la Guardia Roja se saludaban unos a otros con citas del libro, del que se publicaron un billón de ejemplares.

¿Por qué fracasó la Revolución Cultural?

Desde el principio, el movimiento implicaba una contradicción inherente que era imposible de resolver. Mao quería ser el líder más revolucionario y eliminar las jerarquías, pero, al mismo tiempo, deseaba tener el control total. Cuando esta contradicción también se hizo evidente en las disputas de las distintas facciones de la Guardia Roja, Mao introdujo al Ejército para restaurar el orden. El sueño de la “nueva persona” fue enterrado y en su lugar se alzó el poder que “emanaba de las armas”. Emergió un nuevo partido leninista con sus estructuras jerárquicas y burocráticas. Tras su muerte, muchos opositores de Mao reconquistaron poder, incluyendo Deng Xiaoping, quien condujo a la nueva era de China con sus reformas económicas.

¿Cuáles fueron las consecuencias de la Revolución Cultural?

A día de hoy, se estima que fueron asesinadas alrededor de un millón y medio de personas, la mayoría durante la “limpieza” del Ejército del Pueblo, que no escatimó violencia para restaurar el orden. Uno de los efectos positivos fue la introducción de un rudimentario sistema de salud en las áreas rurales.

¿Cómo se percibe actualmente en China?

En 1981, la “Banda de los Cuatro” fue juzgada por orden de Xiaoping y se proclamó la Revolución Cultural como “gran catástrofe para el partido y el pueblo”. La línea oficial del partido hoy día es que Mao “tenía razón en un 70 por ciento y estaba equivocado en un 30”. China ha dejado atrás la idea de Mao de revolución permanente. El partido tiene una estructura estrictamente jerárquica y detenta el monopolio del poder.


http://www.dw.com/es/siete-claves-de-la-revoluci%C3%B3n-cultural-china/a-19259211

jueves, 11 de febrero de 2016

EL MOMENTO MÁS CRÍTICO EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

Entrevista de Noam Chomsky por Agustín Fernández Gabard y Raúl Zibechi en LA JORNADA 

Estados Unidos fue siempre una sociedad colonizadora. Incluso antes de constituirse como Estado estaba eliminando a la población indígena, lo que significó la destrucción de muchas naciones originarias, sintetiza el lingüista y activista estadunidense Noam Chomsky cuando se le pide que describa la situación política mundial. Crítico acérrimo de la política exterior de su país, sostiene que desde 1898 se volcó hacia el escenario internacional con el control de Cuba, a la que convirtió esencialmente en colonia, para invadir luego Filipinas, asesinando a un par de cientos de miles de personas.

Continúa hilvanando una suerte de contrahistoria del imperio: Luego le robó Hawai a su población originaria, 50 años antes de incorporarla como un estado más. Inmediatamente después de la segunda Guerra Mundial Estados Unidos se convierte en potencia internacional, con un poder sin precedente en la historia, un incomparable sistema de seguridad, controlaba el hemisferio occidental y los dos océanos, y naturalmente trazó planes para tratar de organizar el mundo a su antojo.

Acepta que el poder de la superpotencia ha disminuido respecto al que tenía en 1950, la cima de su poder, cuando acumulaba 50 por ciento del producto interno bruto mundial, que ahora ha caído hasta 25 por ciento. Aun así, le parece necesario recordar que Estados Unidos sigue siendo el país más rico y poderoso del mundo, y a nivel militar es incomparable.

Un sistema de partido único

En algún momento Chomsky comparó las votaciones en su país con la elección de una marca de pasta de dientes en un supermercado. El nuestro es un país de un solo partido político, el partido de la empresa y de los negocios, con dos facciones, demócratas y republicanos, proclama. Pero cree que ya no es posible seguir hablando de esas dos viejas colectividades políticas, ya que sus tradiciones sufrieron una mutación completa durante el periodo neoliberal.

Están los republicanos modernos que se hacen llamar demócratas, mientras la antigua organización republicana quedó fuera del espectro, porque ambas partes se desplazaron a la derecha durante el periodo neoliberal, igual que sucedió en Europa. El resultado es que los nuevos demócratas de Hillary Clinton han adoptado el programa de los viejos republicanos, mientras éstos fueron completamente desplazados por los neoconservadores. Si usted mira los espectáculos televisivos donde dicen debatir, sólo se gritan unos a los otros y las pocas políticas que presentan son aterradoras.

Por ejemplo, destaca que todos los candidatos republicanos niegan el calentamiento global o son escépticos, que si bien no lo niegan dicen que los gobiernos no deben hacer algo al respecto. Sin embargo el calentamiento global es el peor problema que la especie humana ha enfrentado jamás, y estamos dirigiéndonos a un completo desastre. En su opinión, el cambio climático tiene efectos sólo comparables con la guerra nuclear. Peor aún, los republicanos quieren aumentar el uso de combustibles fósiles. No estamos ante un problema de cientos de años, sino de una o dos generaciones.
La negación de la realidad, que caracteriza a los neoconservadores, responde a una lógica similar a la que impulsa la construcción de un muro en la frontera con México. “Esas personas que tratamos de alejar son las que huyen de la destrucción causada por las políticas estadunidenses.

En Boston, donde vivo, hace un par de días el gobierno de Obama deportó a un guatemalteco que vivió aquí durante 25 años; tenía una familia, una empresa, era parte de la comunidad. Había escapado de la Guatemala destruida durante la administración Reagan. En respuesta, la idea es construir un muro para prevenirnos. En Europa es lo mismo. Cuando vemos que millones de personas huyen de Libia y de Siria a Europa, tenemos que preguntarnos qué sucedió en los últimos 300 años para llegar a esto.

Invasiones y cambio climático se retroalimentan

Hace apenas 15 años no existía el tipo de conflicto que observamos hoy en Medio Oriente. Es consecuencia de la invasión estadunidense a Irak, que es el peor crimen del siglo. La invasión británica-estadunidense tuvo consecuencias horribles, destruyeron Irak, que ahora está clasificado como el país más infeliz del mundo, porque la invasión se cobró la vida de cientos de miles de personas y generó millones de refugiados, que no fueron acogidos por Estados Unidos y tuvieron que ser recibidos por los países vecinos pobres, a los que se encargó recoger las ruinas de lo que nosotros destruimos. Y lo peor de todo es que instigaron un conflicto entre sunitas y chiítas que no existía antes.

Las palabras de Chomsky recuerdan la destrucción de Yugoslavia durante la década de 1990, instigada por Occidente. Al igual que Sarajevo, destaca que Bagdad era una ciudad integrada, donde los diversos grupos culturales compartían los mismos barrios, se casaban miembros de diferentes grupos étnicos y religiones. La invasión y las atrocidades que siguieron instigaron la creación de una monstruosidad llamada Estado Islámico, que nace con financiación saudita, uno de nuestros principales aliados en el mundo.

Uno de los mayores crímenes fue, en su opinión, la destrucción de gran parte del sistema agrícola sirio, que aseguraba la alimentación, lo que condujo a miles de personas a las ciudades, creando tensiones y conflictos que explotan apenas comienza la represión.

Una de sus hipótesis más interesantes consiste en cruzar los efectos de las intervenciones armadas del Pentágono con las consecuencias del calentamiento global.

En la guerra en Darfur (Sudán), por ejemplo, convergen los intereses de las potencias con la desertificación que expulsa poblaciones enteras de las zonas agrícolas, lo que agrava y agudiza los conflictos. Estas situaciones desembocan en crisis espantosas, como sucede en Siria, donde se registra la mayor sequía de su historia que destruyó gran parte del sistema agrícola, generando desplazamientos, exacerbando tensiones y conflictos, reflexiona.

Aún no hemos pensado detenidamente, destaca, sobre lo que implica esta negación del calentamiento global y los planes a largo plazo de los republicanos que pretenden acelerarlo: Si el nivel del mar sigue subiendo y se eleva mucho más rápido, se va a tragar países como Bangladesh, afectando a cientos de millones de personas. Los glaciares del Himalaya se derriten rápidamente poniendo en riesgo el suministro de agua para el sur de Asia. ¿Qué va a pasar con esos miles de millones de personas? Las consecuencias inminentes son horrendas, este es el momento más importante en la historia de la humanidad.

Chomsky cree que estamos ante un recodo de la historia en el que los seres humanos tenemos que decidir si queremos vivir o morir: “Lo digo literalmente. No vamos a morir todos, pero sí se destruirían las posibilidades de vida digna, y tenemos una organización llamada Partido Republicano que quiere acelerar el calentamiento global No exagero –remata– es exactamente lo que quieren hacer”.

A continuación cita el Boletín de Científicos Atómicos y su Reloj del Apocalipsis, para recordar que los especialistas sostienen que en la Conferencia de París sobre el calentamiento global era imposible conseguir un tratado vinculante, solamente acuerdos voluntarios. ¿Por qué? Debido a que los republicanos no lo aceptarían. Han bloqueado la posibilidad de un tratado vinculante que podría haber hecho algo para impedir esta tragedia masiva e inminente, una tragedia como nunca ha existido en la historia de la humanidad. Eso es lo que estamos hablando, no son cosas de importancia menor.

Guerra nuclear, posibilidad cierta

Chomsky no es de las personas que se dejan impresionar por modas académicas o intelectuales; su razonamiento radical y sereno busca evitar furores y, quizá por eso, se muestra reacio a echar las campanas al vuelo sobre la anunciada decadencia del imperio.Tiene 800 bases alrededor del mundo e invierte en su ejército tanto como todo el resto del mundo junto. Nadie tiene algo así, con soldados peleando en todas partes del mundo. China tiene una política principalmente defensiva, no posee un gran programa nuclear, aunque es posible que crezca.

El caso de Rusia es diferente. Es la principal piedra en el zapato de la dominación del Pentágono, porquetiene un sistema militar enorme. El problema es que tanto Rusia como Estados Unidos están ampliando sus sistemas militares, ambos están actuando como si la guerra fuera posible, lo cual es una locura colectiva. Cree que la guerra nuclear es irracional y que sólo podría suceder en caso de accidente o error humano. Sin embargo, coincide con William Perry, ex secretario de Defensa, quien dijo recientemente que la amenaza de una guerra nuclear es hoy mayor de lo que era durante la guerra fría. Chomsky estima que el riesgo se concentra en la proliferación de incidentes que involucran fuerzas armadas de potencias nucleares.

La guerra ha estado muy cerca innumerables veces, admite. Uno de sus ejemplos favoritos es lo sucedido bajo el gobierno de Ronald Reagan, cuando el Pentágono decidió poner a prueba las defensas rusas mediante la simulación de ataques contra la Unión Soviética.

Resultó que los rusos se lo tomaron muy en serio. En 1983 después de que los soviéticos automatizaron sus sistemas de defensa detectaron un ataque de misil estadunidense. En estos casos el protocolo es ir directo al alto mando y lanzar un contraataque. Había una persona que tenía que transmitir esta información, Stanislav Petrov, pero decidió que era una falsa alarma. Gracias a eso estamos acá hablando.

Sostiene que los sistemas de defensa de Estados Unidos tienen errores serios y hace un par de semanas se difundió un caso de 1979, cuando se detectó un ataque masivo con misiles desde Rusia. Cuando el consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, estaba levantando el teléfono para llamar al presidente James Carter y lanzar un ataque de represalia, llegó la información de que se trataba de una falsa alarma. Hay docenas de falsas alarmas cada año, asegura.

En este momento las provocaciones de Estados Unidos son constantes. La OTAN están llevando a cabo maniobras militares a 200 metros de la frontera rusa con Estonia. Nosotros no toleraríamos algo así sucediendo en México.

El caso más reciente fue el derribo de un caza ruso que estaba bombardeando fuerzas yihadistas en Siria a fines de noviembre. Hay una parte de Turquía casi rodeada por territorio sirio y el bombardero ruso voló a través de esa zona durante 17 segundos, y lo derribaron. Una gran provocación que por suerte no fue respondida por la fuerza, pero llevaron su más avanzado sistema antiaéreo a la región, que le permite derribar aviones de la OTAN. Argumenta que hechos similares están sucediendo a diario en el mar de China.

La impresión que se desprende de sus gestos y reflexiones es que si las potencias que son agredidas por Estados Unidos actuaran con la misma irresponsabilidad que Washington, la suerte estaría echada.

Visión sobre Colombia

El lingüista estadunidense Noam Chomsky conoce de primera mano la realidad colombiana. Fiel a su estilo y sus ideas, visitó el país en puntillas, lejos de los focos académicos y mediáticos, para adentrarse en el Cauca, donde los indígenas nasa construyen su autonomía en resguardos y cabildos, con base en sus saberes ancestrales actualizados en medio del conflicto armado.

Parece haber señales positivas en las negociaciones de paz, reflexiona Chomsky. Colombia tiene una terrible historia de violencia desde el siglo pasado, la violencia en los años 50 era monstruosa, reconociendo que la peor parte ha sido la de las operaciones paramilitares. Más recientes son las fumigaciones de Estados Unidos, verdaderas operaciones de guerra química que desplazaron poblaciones campesinas para beneficio de multinacionales.

En consecuencia, Colombia es el segundo país del mundo en desplazados, detrás de Afganistán. Debería ser un país rico, próspero, pero se está rompiendo en pedazos, añade. Por eso, si las negociaciones de paz funcionan, eliminarán algunos de los problemas, no todos. Colombia aun sin el problema de la guerrilla sigue siendo uno de los peores países para los defensores de derechos humanos, para líderes sindicales y otros.

Uno de los peligros que observa en caso de que se firme la paz, sería la integración de los paramilitares en el gobierno, una realidad latente en el país. Así y todo, sostiene que la reducción del conflicto con las FARC sería un gran paso hacia adelante, por eso cree que se debe hacer todo lo posible para contribuir al proceso de paz.


http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article98820

viernes, 8 de enero de 2016

SEÑALES DE PREOCUPACION Y ESPERANZA

En 2015 hubo muchas señales de desaliento. Presenciamos la implosión del Medio Oriente, con la expansión del Estado Islámico en la estela de la guerra civil de Siria y en Irak.

Este proceso se reflejó también en Africa, donde Libia se hunde en el desgobierno y los grupos radicales islámicos hacen del terrorismo una amenaza cada vez más difundida. En Europa, asustada con las oleadas migratorias, crecen los partidos xenófobos de ultraderecha.

Y en Estados Unidos, la resonante voz del empresario Donald Trump, uno de los candidatos republicanos a la presidencia, pone en riesgo los ideales de los padres fundadores del país, creado para ser la tierra de la libertad religiosa y de la aceptación de la diversidad.

No obstante, no todo fue desánimo. La Conferencia del Clima, celebrada en diciembre en París, da indicios de que gobiernos y empresas despertaron y percibieron que el calentamiento global es un hecho. Podemos criticar el acuerdo en uno u otro punto, pero da pasos concretos para la construcción de una economía baja en carbono.

Al César lo que es del César: El gobierno brasileño, con la ministra del ambiente Isabella Teixeira al frente, lo aceptó y empieza a ir al mismo paso en materia climática.

Tampoco hay que desconocer que el acuerdo con Irán, alcanzado en julio, representó un avance importante para contener la proliferación nuclear. Occidente, que desde hace tiempo dialoga con China, deberá continuar las negociaciones diplomáticas con los países musulmanes. Tendrá que reconocer los intereses de Irán en el Medio Oriente y la presencia de Rusia en la región, llevándola al diálogo diplomático e incluso al esfuerzo militar común.

Los vientos antipopulistas empezaron a soplar en América Latina. La derrota de los candidatos del Partido Peronista en Argentina y, sobre todo, la espectacular mayoría obtenida por la oposición democrática en Venezuela llenan de ánimos a quienes no confunden el populismo con el progresismo. Uruguay y Chile están gobernados por partidos “de izquierda” pero no populistas y a ningún demócrata se le ocurriría apostarle a su derrota solo por esa inclinación política.

Otra cosa es el autoritarismo seudonacionalista, que distribuye un ingreso que no se sustenta en el tiempo y atropella reglas democráticas, cuando no viola derechos humanos para perpetuarse en el poder. Ese es el caso, por ejemplo, del “bolivarianismo” de Venezuela que, como una plancha, estaba y todavía está clavada en el armazón institucional de la región. Ese populismo empieza a deshacerse. Son señales prometedoras.

La confusión entre el populismo y las políticas “de izquierda” se basa en un equívoco: que las medidas que propician una mejoría inmediata de las condiciones de vida son progresistas, aunque no puedan mantenerse en el tiempo. En cambio, se cree que son “de derecha” las disposiciones que impiden gastar más de lo que se puede a costa de endeudamiento e insolvencia.
En realidad, el respeto al equilibrio presupuestal, el control de la inflación y la no manipulación del tipo de cambio (sin austeridades eternas ni monetarismos pasados de moda) son condiciones indispensables para el crecimiento económico y la inclusión social. No son suficientes pero sí indispensables para que se mantengan las políticas sociales. Al ignorarlos, muchos proyectos supuestamente “en beneficio del pueblo” acaban en ruinas.

Mis votos para 2016 son para que esta brisa beneficiosa llegue al Brasil. Y así como deseo que la onda represiva y antimigratoria que alcanza a Europa y el populismo de derecha que asuela a Estados Unidos encuentren su límite, también espero que los populismos disfrazados de progresismo den marcha atrás en nuestra región.

Es difícil decir que el populismo es el traje institucional brasileño. Hay líderes que de vez en cuando se disfrazan con ese vestuario, empero, a veces tienen vinculaciones a la izquierda, a veces a la derecha, al centro o donde quiera que haya más puntos en un hipotético espacio ideológico.

La figura que en la historia política brasileña reciente más se ha acercado al modelo carismático, el expresidente Lula da Silva, no llegó a institucionalizar el populismo.
Prevaleció en Brasil una mezcla de “progresismo”, atraso, corrupción, nacionalismo, distribuismo, etcétera, con lazos empresariales no siempre saludables. Pero nada comparable con la ideología populista del peronismo o del bolivarianismo, que tienen fuertes rasgos de anticapitalismo y antiamericanismo.

Entre nosotros se rehabilitó un híbrido de oportunismo tradicional, clientelismo, corrupción e incompetencia, sin fórmulas ideológicas consistentes.

También eso está por deshacerse. Los desastres económicos llevaron las políticas del Partido de los Trabajadores (PT) a la imposibilidad práctica. Estas no se limitaron a beneficiar a los pobres, lo que sería defendible, sino que distribuyeron ventajas pecuniarias, a través del presupuesto o al margen de este, a quienes menos las necesitaban. Resultado: Las finanzas públicas están en situación de bancarrota.

Sin el encanto del populismo vigoroso y con las arcas vacías, ¿cómo mantendrá su hegemonía el PT? Es imposible. En los últimos meses de 2015 asistimos al desmoronamiento de la “base aliada” y a la caída vertiginosa del apoyo popular para el gobierno.

El desencuentro entre el ministerio de Hacienda, el gobierno y el Congreso aceleró el desmoronamiento político. Robaron tanto para apoyar a los partidos en el poder que suscitaron una reacción saludable e inédita. Algunas instituciones del estado se revigorizaron. Vemos a la justicia, las procuradurías e incluso a la policía federal tratando de extirpar a los que cometieron “daños”. Como prevalecen las reglas de la democracia, no impera el miedo y los medios de comunicación actúan con propiedad, informando lo que ocurre en los gabinetes.

Hay señales de esperanza.

Comencemos 2016 con ánimos, imaginando que por el mejor medio disponible (renuncia, recuperación del liderazgo presidencial en nuevas bases o, si es inevitable, una orden de impugnación del mandato o anulación de las elecciones) encontraremos los caminos de convergencia nacional, respetando la diversidad de opiniones, propiciando una vida más decente para todos, con la recuperación del crecimiento, el regreso del empleo y la reconstrucción de la política republicana.

Fernando Henrique Cardoso

http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/senales-de-preocupacion-y-esperanza-MX3404529