jueves, 29 de enero de 2015

SOMOS SEMITAS, ÁRABES, JUDÍOS Y, ALGUNOS, CRISTIANOS

En algunos medios nos inundan con propaganda dirigida a minusvalorar la impresionante civilización árabe-musulmana expresada en diversas culturas. Reconozcamos la aportación a la historia de la humanidad de la civilización árabe musulmana así como a las aportaciones de tradiciones y culturas judías que han contribuido al progreso y a la civilización.

Son imprescindibles para desenmascarar un pretendido antisemitismo que sirve a algunos sectarios que han llegado a apropiarse del concepto de “semita”. Están contra la razón y la inteligencia quienes olvidan el tronco que sostiene las tradiciones judías, cristianas y musulmanas que se expande en ramajes y frutos.

Los árabes, los nabateos y otros pueblos son tan semitas como los israelitas, hebreos o judíos. Nosotros, muchos occidentales europeos y americanos, también tenemos un componente semita sin el cual perderíamos nuestras señas de identidad.

No hablamos de los israelíes, que son los ciudadanos del Estado de Israel, desde 1945, cuando se creó ese Estado bajo los auspicios de la ONU. Antes no había “israelíes”, y desde entonces, entre los ciudadanos del nuevo Estado muchos eran judíos, otros musulmanes y otros cristianos. Han distorsionado el mejor sionismo en su aventura de crear: Eretz Yisrael el Gran Israel, Pueblo de Israel, que no ha existido como sujeto de derecho al menos del año 70, pero que explota el victimismo por las persecuciones que los judíos habían padecido a lo largo de la historia, pero sobre todo desde la persecución nazi que culminó en el Holocausto.

Por el mundo existen muchas personas que poseen los dos pasaportes, el de su Estado de origen y residencia y el del Estado de Israel. Es una pretensión disfrutar de las ventajas del país de origen y de una supranacionalidad que les podría permitir actuar financieramente desde la mítica capital Jerusalén, convertida en capital de un paraíso fiscal connumerus clausus y, a la vez, formar parte del poderoso lobby judío.

Es urgente considerar a los ciudadanos del Estado de Israel distinguiéndolos de los millones de judíos que viven en el mundo, pagando sus impuestos, sirviendo en sus ejércitos, respetando sus leyes y cooperando en el progreso de esas naciones, que son las suyas. Solo el mutuo reconocimiento y respeto podrá llevarnos a un mañana más justo, libre y habitable. Nos declaramos mestizos semitas descendientes de judíos y de árabes y exigimos la paz como fruto de la justicia sin condiciones, porque ninguna víctima civil es un daño colateral sino que todas son nuestras.

José Carlos García. Columnista del Centro de Colaboraciones Solidarias, de donde se tomó este artículo.

http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/somos-semitas-arabes-judios-y-algunos-cristianos-MJ1182718