viernes, 23 de diciembre de 2011

ANTES DE LA CIENCIA Y DESPUES DE LA CIENCIA

Actualmente el modelo de pensamiento dominante es el científico. Pero no fue siempre así, y seguramente tampoco lo será en el futuro.
El "antes" de la ciencia fue el caos primordial indiferenciado, donde ni siquiera el observador estaba definido. Se trata de "antes de la Ciencia", porque sin ese observador, no hay ciencia.

El futuro, el "después" de la ciencia, volverá a "engarzar" de forma determinante con el espíritu que nunca debimos dejar "tan de lado", tan marginal, el "pecado" del entre paréntesis científico donde nos encontramos ahora.

Aunque, justo es reconocer, el "ahora" de la ciencia lega el potente cuerpo de la Técnica, origen del gran desarrollo material de la sociedad actual, no exenta, no obstante, de paradójicos retrocesos (contaminación, nuevas enfermedades, etc.).

Ese futuro situará a la poderosa y "todo suficiente" Ciencia, en el lugar que verdaderamente le corresponde en el devenir humano, importante en verdad, pero no totalizador de los saberes que el propio Logos representa, en un más allá de horizontes más amplios.

Hoy la ciencia es para todos "una nueva fe". Y es que ni siquiera la repercusión de las obras de Kuhn y Popper han bastado para hacer caer de su pedestal la "venerada" ciencia.

Creo que es hora de situar en su justo término al fenómeno científico, o mejor, la ciencia en su devenir histórico, en su importancia o relevancia desde la perspectiva del ser humano, de nosotros mismos.

Este ensayo trata de eso, de la vastedad de los innumerables significados y repercusiones en todos los ámbitos del cuerpo al que llamamos ciencia. Y es que la ciencia no fue igual antes que ahora y no lo será después, al menos en lo que tiene que ver con nuestra vida actual y la de nuestros semejantes que nos precedieron y que nos heredarán.

El más remoto pasado fue el de los primeros balbuceos, el del ascenso de la psiquis desde la nada de la más inerte materia, y más aún, del caos primordial, hasta las individualidades de la evolucionada vida, aquellos "ladrillos" de inteligencia, conformadores de la futura "unidad múltiple" de la potencialidad suprema, del totalizante universo.

Aquello constituyó el "antes de la ciencia", de la propia diferenciación entre "sujeto y objeto", es decir, de la existencia del "observador", hasta que la materia "se hizo libre", "para-sí", y con ello apareció la "emergencia", la eclosión de las psiquis.

Una vez se produjo la citada diferenciación entre sujeto y objeto, el observador empezó a existir, y con ello "lo accesible" se mimetizó con la "realidad" (la realidad de la física). La ciencia había empezado. Los elementos del mundo se configuraron en "los accesibles", a los que podía aplicarse el método científico, y "los inaccesibles", fuera de su ámbito y que constituyen otros saberes y "manifestaciones" (reino de cualidades, etc.). El aumento imparable del Logos se hizo evidente, constituyendo lo que denominamos nuestra circunstancia histórica.

Y a continuación, el Futuro. Lo que nos sobrevivirá y que en mi opinión no representará una verdadera ciencia, sino un "más allá", una verdadera sabiduría más unida a una filosofía de las "preguntas" que de las respuestas, del "porqué" más que del "cómo".

El paradigma, la cosmovisión, el "estar en el mundo" será una empresa colectiva, lejos del antiguo humanismo individualizante, y más cercano a la noosfera teilhardiana.

Como vemos, un amplio temario, me imagino, no exento por su amplitud de innumerables controversias, que por otro lado enriquecerán, seguramente, lo que no es sino el inicio o apertura de una de las cuestiones más apasionantes.


Alejandro Álvarez Silva. http://www.redcientifica.com/antes_de_la_ciencia_y_despues_de_ella.php

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