lunes, 20 de febrero de 2012

EL CASO SIRIO REFLEJA LA HISTORIA DE BOSNIA


En su crueldad, el conflicto en Siria comienza a parecerse a la guerra de Bosnia de hace 20 años, cuando fuerzas serbias, musulmanas y serbias destrozaron el país balcánico y el asediado pueblo de Sarajevo enterró a miles de muertos en campos de deportes.

La carnicería en Bosnia fue retransmitida a todo el mundo por canales de televisión por satélite 24 horas que estaban entonces en sus primeros días. La de Homs, en Siria, ha llegado al mundo casi cada hora a través de los teléfonos móviles y el vídeo amateur.
Las imágenes de niños muertos, extremidades cortadas, sangre en los arroyos y personas locas por el dolor provocan horror, además de peticiones de una intervención exterior armada.

La intervención se produjo en Bosnia, pero de forma tan dubitativa que la agonía de su pueblo se prolongó durante casi cuatro años, en los que docenas de miles murieron y un millón perdieron sus casas.

Las potencias occidentales que finalmente pusieron fin al sacrificio dicen que no tienen intención de entrar en Siria, una decisión que tendría consecuencias incalculables en una región volátil.

Bosnia era una pequeña república de Yugoslavia, una crisis europea a las puertas de la OTAN. Siria es una importante república árabe con amigos poderosos como Rusia e Irán, situada en una encrucijada estratégica.

El denominador común más reconocible entre ellos es el tanque T-72 de la era soviética. Ha entrado en ciudades para sofocar a rebeldes y civiles apenas armados en los once meses de represión por parte de las fuerzas del presidente sirio Bashar el Asad.
Hay un aire de 'deja vu' en estas escenas y los remedios "humanitarios" que ahora están siendo demandados, las misiones de ayuda que en Bosnia condujeron inevitablemente a una intervención armada.

"La guerra de Bosnia y el conflicto en Siria son diferentes en cuanto a naturaleza", dicen Soner Cagaptay y Andrew Tabler, del Washington Institute. Pero "cualquier grupo internacional que busque proporcionar una intervención humanitaria para proteger a los civiles vulnerables en enclaves 'liberados' por la oposición (en Siria) debería inspirarse en las lecciones de Bosnia en los 90".

Esas lecciones muestran que exigiría una fuerza internacional reforzada por aire y con una orden de devolver el fuego. Probablemente estaría encabezada por la OTAN, dirigida por un general musulmán de Turquía, vecina de Siria, e incluiría unidades árabes.

REFUGIOS Y CORREDORES

Turquía pidió hace meses refugios seguros para los sirios, y está ahora colaborando con la Liga Árabe y con Francia . Al menos 5.500 sirios han muerto en once meses, dice la ONU.

La reunión "Amigos de Siria" que tendrá lugar con los países árabes en Túnez el 24 de febrero "dará un mensaje muy fuerte de solidaridad con el pueblo sirio y también una advertencia para el régimen sirio", dijo el ministro turco de Exteriores Ahmet Davutoglu.
Francia quiere que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe su plan para corredores humanitarios que entren en Siria desde Turquía, Líbano o Jordania, a la costa mediterránea o a un aeropuerto.

Si consigue el respaldo de la ONU, Turquía, que ya alberga a refugiados y desertores del Ejército sirio, parece ser el más puente más probable. Pero el presidente francés, Nicolás Sarcozy, descartó el viernes una intervención directa, alegando que en Siria la "revolución no será liderada desde fuera, debe serlo desde dentro".

En Bosnia, el mundo contempló atrocidades mientras se ponía lentamente en marcha la intervención, en parte por la reticencia occidental a entrar en conflictos que son considerados guerras civiles étnicas, además de la firmeza rusa hacia la no interferencia y una verborrea diplomática empañada por una idea de que se trataba de una lucha justa.
Factores similares están en juego en Siria. Los vetos de China y Rusia han bloqueado cualquier acción por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, insistiendo en la no interferencia en una revueltas contra un Estado legítimo.

Pero la semana pasada, la Asamblea General de la ONU condenó al Gobierno de Asad por sus violaciones en derechos humanos y le dijeron que se fuera. Su resolución, respaldada por un plan de la Liga Árabe que exige la retirada de maquinaria pesada de ciudades y pueblos, era no vinculante. Pero también lo fueron las primeras resoluciones sobre Bosnia.

La mejor arma en Bosnia contra el intachable poder de un ejército serbobosnio apoyado por tanques y artillería resultó ser la irritación de la opinión pública mundial.
Hasta ahora, no ha habido manifestaciones masivas en las capitales occidentales exigiendo a los gobiernos de la OTAN que intervengan en Siria. Sin embargo, a juzgar por las demandas crecientes de líderes internacionales para que Asad dimita de inmediato, la presión parece ir reforzándose.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogk Rasmulssen, dice que, incluso con un mandato de la ONU y respaldo árabe, duda de que la alianza vaya a implicarse. Pero como se vio de nuevo en Bosnia, las políticas pueden cambiar.

"No tenemos perro en esta lucha", dijo el secretario de estado de Estados Unidos, James Baker, en 1991 tras el fracaso de una misión para detener la sangrienta desintegración de Yugoslavia, que dio lugar a la guerra de Bosnia.

Pero cuando se convirtió en el peor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, la OTAN entró en la lucha, empezando con un contingente de paz de 50 hombres pero terminando con 100.000 en el país, después de bombardear la maquinaria serbo Bosnia para imponer un plan de paz.

Llevó cinco años y más de cien resoluciones del Consejo de Seguridad sofocar la guerra que las Naciones Unidas esperaban que terminara en el verano de 1992. Terminó en el invierno de 1995, con más de 100.000 muertos y ciudades enteras destruidas.

Douglas Hamilton
http://noticias.lainformacion.com/politica/derechos-humanos/el-caso-sirio-refleja-la-historia-de-bosnia_aH7C3fkgqu7kUw3hsqwQ87/

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