"Un
personaje del escritor fantástico H. P. Lovecraft emprende la búsqueda de una
ciudad con cuyas cúpulas doradas en el sol de la tarde había soñado tantas
veces. Perdido entre las marañas de callejuelas puede, por fin -gracias al
auxilio de una mágica llave de plata-, acceder a ella. Cuando lo logra,
descubre que no es otra que su propia ciudad natal: manifestada o revelada bajo
una nueva luz".
Este pasaje, citado por el escritor español José Antonio Millán, en su célebre ensayo La sociedad del conocimiento le sirvió para colegir que "La lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la información".
Hoy y a futuro, podríamos decir, parodiando al prestigioso lingüista, que esa llave sigue siendo la lectura, pero las luces que iluminan esa ciudad global son las Tecnologías dela Informática y las
Telecomunicaciones (TIC).
Ellas han hecho posible una revolución, en la sociedad del conocimiento, al democratizar la información. Cualquiera, en la tranquilidad de su hogar o en el agitado mundo del trabajo y la preparación académica, puede saber, en tiempo real, lo que está pasando en cualquier parte.
Los medios de comunicación tradicionales perdieron la hegemonía en la información. Su competencia es su misma audiencia a la que la tecnología de las Telecomunicaciones yla Informática dotó de
los instrumentos para generar información. Y en escenarios dialógicos ha
encontrado nuevas formas para compartir y construir conocimiento.
Vemos entonces la transformación que han sufrido los impresos con su incursión en ambientes digitales y también la forma en que se ha modificado la forma de ver televisión o escuchar radio.
Lo que nos espera, con el uso de las TIC y el avance logrado en su masificación, puede traer mayores sorpresas.
El ser humano que pisará el futuro lo intuimos ya de una forma diferente con el avance de la ciencia y la tecnología.
A pesar de la proliferación de blogs, foros de discusión y toda la profusión audiovisual que hoy se observa en la red, estamos registrando la mayor explosión con respecto a las telecomunicaciones. De allí proviene la otra gran revolución: la telefonía móvil. Y aquí Colombia sí ha experimentado una increíble expansión.
La telecomunicación le va ganando terreno al computador en eso de producir información, compartir fotografías y videos y enriquecer, con millones de conversaciones en las redes sociales, nuestra galaxia digital.
Ya se han borrado las barreras de acceso y comenzamos a construir nuevos espacios de interacción en ciudades cada vez más digitalizadas.
Medellín, por ejemplo, planea convertirse en una ciudad del conocimiento y cuenta para ello con un Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (Plan CT+I) que nos marcará el ritmo durante los próximos diez años.
Vislumbramos ya cómo serán las ciudades inteligentes, donde incluso la gestión de la información tiene que buscar espacios, más allá de los recintos físicos. En la pura nube.
Este pasaje, citado por el escritor español José Antonio Millán, en su célebre ensayo La sociedad del conocimiento le sirvió para colegir que "La lectura es la llave del conocimiento en la sociedad de la información".
Hoy y a futuro, podríamos decir, parodiando al prestigioso lingüista, que esa llave sigue siendo la lectura, pero las luces que iluminan esa ciudad global son las Tecnologías de
Ellas han hecho posible una revolución, en la sociedad del conocimiento, al democratizar la información. Cualquiera, en la tranquilidad de su hogar o en el agitado mundo del trabajo y la preparación académica, puede saber, en tiempo real, lo que está pasando en cualquier parte.
Los medios de comunicación tradicionales perdieron la hegemonía en la información. Su competencia es su misma audiencia a la que la tecnología de las Telecomunicaciones y
Vemos entonces la transformación que han sufrido los impresos con su incursión en ambientes digitales y también la forma en que se ha modificado la forma de ver televisión o escuchar radio.
Lo que nos espera, con el uso de las TIC y el avance logrado en su masificación, puede traer mayores sorpresas.
El ser humano que pisará el futuro lo intuimos ya de una forma diferente con el avance de la ciencia y la tecnología.
A pesar de la proliferación de blogs, foros de discusión y toda la profusión audiovisual que hoy se observa en la red, estamos registrando la mayor explosión con respecto a las telecomunicaciones. De allí proviene la otra gran revolución: la telefonía móvil. Y aquí Colombia sí ha experimentado una increíble expansión.
La telecomunicación le va ganando terreno al computador en eso de producir información, compartir fotografías y videos y enriquecer, con millones de conversaciones en las redes sociales, nuestra galaxia digital.
Ya se han borrado las barreras de acceso y comenzamos a construir nuevos espacios de interacción en ciudades cada vez más digitalizadas.
Medellín, por ejemplo, planea convertirse en una ciudad del conocimiento y cuenta para ello con un Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (Plan CT+I) que nos marcará el ritmo durante los próximos diez años.
Vislumbramos ya cómo serán las ciudades inteligentes, donde incluso la gestión de la información tiene que buscar espacios, más allá de los recintos físicos. En la pura nube.
FRANCISCO
JARAMILLO
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/especial_tic_las_tic_marcan_el_rumbo/especial_tic_las_tic_marcan_el_rumbo.asp
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