lunes, 12 de junio de 2017

EL FANTASMA DEL CASTROCHAVISMO

La mitad del país cree que Colombia está en peligro de convertirse en la próxima Venezuela. ¿Cuáles son las posibilidades reales de que eso suceda?

Según la Gran Encuesta Invamer de Caracol TV, Blu Radio y SEMANA, el 55,4 por ciento de los colombianos consideran que el país está en riesgo de volverse en un futuro como Venezuela. Esto dejaría entrever que el miedo al castrochavismo podría ser el tema central de la campaña presidencial de 2018. Pese a ese temor latente, pensar que la revolución bolivariana se replique en Colombia es muy poco probable, por eso vale la pena analizar cómo un tema tan insólito se ha convertido en una obsesión para la mitad del país.

Para comenzar, la realidad es que las diferencias entre los dos países no podrían ser más abismales. Venezuela ha sido una nación con una historia de inestabilidad institucional y con una riqueza descomunal basada en las reservas de petróleo más grandes del planeta. Colombia tiene mayor solidez institucional, pero sin la chequera de su vecino. Y el fenómeno del castrochavismo fue erigido con base en dos pilares: esa chequera y la popularidad de Chávez, que logró llegar al poder cabalgando sobre la crisis del sistema político y la corrupción.

Según Energy Information Administration, las reservas venezolanas de petróleo ascienden a 300.000 millones de barriles y son más que las de Arabia Saudita, Rusia o Irán y ocho veces más que las de Estados Unidos. Cuando Chávez llegó al poder, el petróleo estaba en 11 dólares por barril. Durante su gobierno ese precio llegó a superar los 100. Con una economía dependiente en un 95 por ciento de ese rubro, entre 1999 y 2014 su revolución llegó a recibir un billón de dólares (1.000.000.000.000), una cifra astronómica de la cual, según el exministro de ese país Jorge Giordanni, el gobierno despilfarró y malversó la tercera parte (más de 300.000 millones de dólares). Sentado en esa mina de oro, Chávez pudo crear un Estado asistencialista que le permitió comprar el apoyo del pueblo, la solidaridad de los vecinos y la lealtad de las Fuerzas Armadas. Además del indudable carisma de su líder y de su cautivador discurso popular, los regalos o subsidios a los venezolanos en materia de comida, salud, educación y techo fueron la causa del éxito inicial de su revolución bolivariana.

Pensar que en Colombia se podría llegar a algo parecido es ingenuo. Al país le tocó la misma bonanza petrolera durante el gobierno de Álvaro Uribe, pero en una economía más diversificada y con una tradición de austeridad. Eso dio para crecimientos del PIB hasta del 6 por ciento anual. Pero a Maduro y a Santos les tocaron las vacas flacas, al primero con el colapso de su país y al segundo con el colapso de su imagen. En todo caso, si el socialismo del siglo XXI se sustentó en las reservas petroleras y en la popularidad del comandante, Colombia no podría estar más lejos de esa situación. Aquí no solo la economía está en peligro porque se está acabando el petróleo, sino que no hay nada más impopular que las Farc.

¿Cómo se explica, entonces, que en Colombia haya tanto miedo por el fantasma del castrochavismo? La respuesta radica en cuatro circunstancias que confluyen en la actualidad: el colapso de Venezuela, la oposición de Uribe, el odio por las Farc y las embarradas del gobierno.


http://www.semana.com/nacion/articulo/colombianos-creen-que-el-pais-se-puede-convertir-en-venezuela/528035

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