Cincuenta años después de la Revolución Cultural de China, Deutsche Welle
recuerda las claves de aquel movimiento y su impacto en la política y la
sociedad del país.
¿De qué se trató?
La Revolución Cultural fue una campaña socio-política lanzada en 1966 por
Mao Zedong, entonces líder del Partido Comunista de China, con el fin de crear
una “persona nueva”. Según el sinólogo Oskar Weggel, esta “nueva persona” sería
un “ser altruista dentro de una sociedad libre de dominación, que haya vagado
como un fantasma a través de las utopías humanas”. Para alcanzar su objetivo,
llamó a la destrucción de los “Cuatro Viejos”: pensamiento, cultura, costumbres
y tradiciones. Las ideas del propio Zedong reemplazarían a los “Cuatro Viejos”.
Mao también hizo un llamado a neutralizar los elementos
“contrarrevolucionarios” y revisionistas del partido, encarnados en la figura
de su rival Liu Shaoqu, quien unos pocos años antes lo había sustituido en la
presidencia de la República Popular de China. La Revolución Cultural supuso,
por tanto, una lucha de poder en el seno del liderazgo del Partido Comunista.
En el terreno económico, Liu se inclinaba más hacia el impulso del mercado,
mientras que, políticamente, estaba a favor de la disciplina en el partido.
Para Mao, cualquier incentivo a la riqueza era anatema.
¿Qué tuvo que ver con la cultura?
A principios de la década de los 60, Mao perdió poder y abandonó el centro
político del país para dirigirse a Shanghái y consolidar allí su influencia. No
puedo lanzar un ataque directo al Comité Central del partido, dominado por Liu
Shaoqi y sus aliados, así que trató de golpearlo con la ayuda de granjeros,
trabajadores y estudiantes. El conocido como “gran salto adelante”, que tuvo
lugar entre 1958 y 1961, reformó los sectores agrícola e industrial con
consecuencias catastróficas y millones de muertes. Así pues, el ataque tenía
que ocurrir a través de la cultura, especialmente la literatura y los
periódicos. Después de que Mao y sus aliados publicaran su propaganda
preparatoria, el golpe decisivo tuvo lugar durante la “sesión expandida” del
Politburó en mayo de 1966. Mao excluyó del círculo interno del poder a gran
parte de quienes apoyaban a Liu y lanzó una campaña contra los “revisionistas”
del partido, contra el Gobierno, el Ejército y el sector cultural. Mao se las
arregló para eliminar a sus rivales políticos en agosto de 1966 y pudo regresar
a Pekín.
¿Cómo transcurrió?
La Revolución Cultural tuvo lugar entre 1966 y 1976. Comenzó con el
alzamiento de los estudiantes de enseñanzas medias y universitarias, que
formaron grupos paramilitares llamados “Guardia Roja” para promover la lucha
contra los “Cuatro viejos”. Profesores y académicos fueron obligados a confesar
sus “crímenes”. Tanto sus viviendas, como bibliotecas y templos fueron
registrados. Se ejecutó a aquellos que fueron acusados de “revisionismo”.
Pronto, gran parte de la población urbana se unió a la revolución. Esta vez, el
objetivo fueron los funcionarios del partido. China se sumió en el caos. La
mitad del Politburó y del Comité Central perdió su trabajo, así como la mitad
de los secretarios del partido. El sistema de gobierno colapsó. Hubo
sangrientos enfrentamientos entre facciones de la propia Guardia Roja, convencida
cada una de ellas de seguir la verdadera doctrina. Con la Revolución Cultural
fuera de control, Mao activó el Ejército del Pueblo, que dirigía su aliado, Lin
Biao.
El Ejército había permanecido hasta ese momento relativamente neutral.
Hacia 1968, tomó control de la mayor parte del país. Los miembros de la Guardia
Roja que se resistieron a ser sometidos, fueron enviados fuera del país para su
reeducación o ejecutados. La disciplina militar se impuso. En 1969, comenzó la
restauración del aparato del partido, pero el Ejército de Lin Biao se resistía
a abandonar su estatus. Lin Biao planeó supuestamente el asesinato de Mao como
parte del actualmente conocido como “Proyecto 571”, pero el plan fracasó. En
1971, Lin Biao murió en un accidente de avión sobre Mongolia y las
circunstancias del siniestro aún no están esclarecidas.
Incluso después de que se reinstaurara el gobierno del partido, una cierta
calma no llegó a China hasta 1976. La llamada “Banda de los Cuatro”, entre
quienes se encontraba la esposa de Mao, trataba de asegurar su posición contra
los nuevos hombres fuertes, como Deng Xiaoping, e imponer una línea radical.
Pero sus esfuerzos fracasaron de forma definitiva tras la muerte de Mao en
septiembre de 1976. En ese momento concluyó el caos de la Revolución Cultural.
¿Qué papel jugó el “Libro Rojo” de Mao?
La conocida como “biblia” de Mao se titulaba en realidad “Citas del líder
Mao Zedong”. Lin Biao compiló los textos, discursos y citas de Mao durante el
“Gran salto adelante”. Cada revolucionario debía tener siempre consigo una
copia. Los miembros de la Guardia Roja se saludaban unos a otros con citas del
libro, del que se publicaron un billón de ejemplares.
¿Por qué fracasó la Revolución Cultural?
Desde el principio, el movimiento implicaba una contradicción inherente que
era imposible de resolver. Mao quería ser el líder más revolucionario y
eliminar las jerarquías, pero, al mismo tiempo, deseaba tener el control total.
Cuando esta contradicción también se hizo evidente en las disputas de las distintas
facciones de la Guardia Roja, Mao introdujo al Ejército para restaurar el
orden. El sueño de la “nueva persona” fue enterrado y en su lugar se alzó el
poder que “emanaba de las armas”. Emergió un nuevo partido leninista con sus
estructuras jerárquicas y burocráticas. Tras su muerte, muchos opositores de
Mao reconquistaron poder, incluyendo Deng Xiaoping, quien condujo a la nueva
era de China con sus reformas económicas.
¿Cuáles fueron las consecuencias de la Revolución Cultural?
A día de hoy, se estima que fueron asesinadas alrededor de un millón y
medio de personas, la mayoría durante la “limpieza” del Ejército del Pueblo,
que no escatimó violencia para restaurar el orden. Uno de los efectos positivos
fue la introducción de un rudimentario sistema de salud en las áreas rurales.
¿Cómo se percibe actualmente en China?
En 1981, la “Banda de los Cuatro” fue juzgada por orden de Xiaoping y se
proclamó la Revolución Cultural como “gran catástrofe para el partido y el
pueblo”. La línea oficial del partido hoy día es que Mao “tenía razón en un 70
por ciento y estaba equivocado en un 30”. China ha dejado atrás la idea de Mao
de revolución permanente. El partido tiene una estructura estrictamente
jerárquica y detenta el monopolio del poder.
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